CON LOS MENORES PRESOS

A punto de tomar el vuelo para Madrid, y en tierras norteamericanas, no quiero dejar pasar y compartir con vos el momento más álgido de toda mi intervención en Nicaragua...Es la guinda del pastel y la experiencia más educativa, enriquecedora, positiva, esperanzadora ....y la que puede convertirse en motor de cambio. Se trataba de la prueba de fuego para demostrar al sistema que es posible trabajar e intervenir de otra forma,más educativa, más restaurativa y más humana. Desde mi ser salesiano, no tuve ninguna duda en liderar esta intervención y en aplicar todo lo que soy...mi saber ser, mi saber hacer y mi saber estar. ASí que ni corto ni perezoso, aterricé en pleno penal de menores de la Modelo, en Tipitapa y tener con los chavolos y cipotes (así se llaman a los de 15 años) un taller que durara todo el día,con almuezo incluido. En primer lugar, me acerqué al ambiente de los muchachos...la carcel, sus celdas...Estuve hablando con ellos casi dos horas...mientras el equipo andaba inquieto por comenzar las actividades. De nuevo, la paciencia del ser y de la presencia educativa, antes que el hacer sin atrapar, atraer y ganarse a los chavales. Después de dos horas y tomarme un café elaborado por los propios menores en sus celdas, ya los tenía, cmo dicen acá, agarrados por la nariz. Con experiencia, casos concretos, su jerga (es impresionante cómo hablan con los dedos y a qué rápidez), el humor, mi forma de ser, se metieron de lleno en la dinámica y se bebían con ahínco las acciones y actividades. No he visto nunca un "chenchebarumchenche" tan ilusionado, tan participativo, tan sonoro, tan vivo. Desde el primer momento me gané a los líderes y ya se hicieron incondicionales míos...Entre otros, fueron ellos los que verbalizaron frases como: " Lo digo con tristeza, porque te vas, que has sido una persona que me ha impactado, que me ha llenado...me encanta tu forma de ser...". "Con personas y días así, no me importa que no me reduzcan la condena". Al final, almuerzo, footbito al sol...con 40 grados y camiseta en la cabeza...y el despiste del guardia de celdas...que me djó entrar en ellas al considerarme uno más de los chavolos. Estas acciones, las experiencias, y las impresiones de los jóvenes, permitirán que esta actividad sea duradera en el tiempo y que tenga una continuidad. Me quedo con las palabras de Mario Torres: " Tienes ese don de gentes, de ganarte a los chavales, de humor , de creatividad, de expresión corporal...que es esencial para todas las personas...especialmente los menores"